En 1901 se crea en España la Dirección General de Navegación, Pesca e Industrias Marítimas entre cuyas competencias están las de arqueos, construcción naval mercante e inspecciones de buques. El personal de esta Dirección estaba formado por miembros de las Marinas Militar y Mercante.

Posteriormente, en 1911, se crea el cargo de Perito Inspector de Buques Mercantes quien asumirá "el arqueo y reconocimiento de los buques mercantes, y el trazado en ellos de la línea de máxima carga". "Tanto las plazas de Perito Inspector de buques, como las de suplentes de este cargo, se proveerán por concurso y en su defecto por oposición" teniendo derecho a participar en los concursos y por orden de preferencia: los Ingenieros Navales, los pertenecientes al Cuerpo general de la Armada, los Ingenieros industriales, los Artilleros de la Armada y del Ejército, los Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; y los de Minas. Finalmente se restringirá a ingenieros navales (civiles o de la Armada) el concurso para el puesto de perito inspector naval en 1918.

Aunque no es hasta 1932 cuando se separan los asuntos marítimos militares de los civiles con la creación de la Subsecretaría de la Marina Civil, dotada con cuerpos propios de funcionarios civiles. Esta Subsecretaría integra, entre otras, la Inspección General del servicio de Buques y Construcción Naval. La misma Ley crea el Servicio de Inspección de Buques dividido en zonas; "al frente de los servicios de cada zona se hallará un Ingeniero Naval Inspector, y en cada puerto, donde lo requiera el tráfico marítimo, un Perito Inspector". Naciendo así la figura del Inspector Naval - Ingeniero Naval.

El Cuerpo de Ingenieros Navales civiles se crea como tal por Ley 141/1962 de 24 de diciembre de creación del Cuerpo de Ingenieros Navales Civiles dependientes del Ministerio de Industria. El primer concurso-oposición para la provisión de plazas vacantes se convocaría en 1964.